
In 1957 work comenzó en el Proyecto Plutón, un misil americano que roza las copas de los árboles cargado de bombas de hidrógeno. No tiene nada de extraño, excepto que el misil en sí también debía ser impulsado por la energía nuclear. Un reactor a bordo absorbería aire, calor y, por lo tanto, lo expandiría, y luego lo arrojaría por la parte posterior para proporcionar empuje. Desafortunadamente, esto también arrojó partículas radiactivas, lo que difícilmente importaría en la guerra, pero significaba que el misil no podía probarse de manera segura, por lo que el proyecto fue cancelado.
Sin embargo, la experiencia de Estados Unidos no ha disuadido a Vladimir Putin, presidente de Rusia. En marzo de 2018, anunció el desarrollo de un misil similar a Plutón llamado Burevestnik («petrel», un pájaro considerado por los marineros de la antigüedad como un presagio de tormentas). Desde entonces, esto se ha probado en Novaya Zemlya y se ha estrellado varias veces.
Editado por: Esmeralda Franco Rivas