Fecha de publicación: 26 de mayo de 2012
Simon Cox dice que la economía de China no es tan precaria como parece. Pero aún necesita cambiar

En 1886, THOMAS STEVENS, un aventurero británico (en la foto), emprendió un inusual viaje en bicicleta. Pedaleó desde los botes de flores de Guangzhou en el sur de China hasta las pagodas de Jiujiang a unos 1,000 km (620 millas) al norte. El paisaje lo desarmó (el campo a las afueras de Guangzhou era un «jardín de campo maravilloso») y la miseria lo disgustó (los habitantes de una ciudad eran «escrofulosos, doloridos y sarnosos»). Su pasaje despertó reacciones igualmente fuertes de los lugareños: fascinación, miedo y furia ocasional. En un lugar, una mafia «desgarradora» lo arrojó con piedras, magullando su cuerpo y rompiendo un par de radios de su bicicleta.
Un siglo después, la bicicleta ya no era ajena a China; se había convertido en un símbolo de ello. El «reino de la bicicleta» tenía más vehículos de dos ruedas que cualquier otro país de la Tierra. Desde entonces, muchas de esas bicicletas han sido reemplazadas por automóviles, una señal obvia del rápido desarrollo de China. Pero incluso hoy la bicicleta se avecina en la batalla por el alma de China
Link: https://www.economist.com/special-report/2012/05/26/pedalling-prosperity
Publicado por Ramírez Lagunas Germán