El estímulo fiscal, una idea defendida por John Maynard Keynes, ha pasado de moda.

En 2013, los economistas del FMI emitieron su veredicto sobre estos programas de austeridad: habían hecho mucho más daño económico de lo que se había previsto inicialmente, incluido el propio fondo. ¿En qué se equivocó el FMI cuando hizo sus pronósticos anteriores, más optimistas? Había subestimado dramáticamente el multiplicador fiscal.
En el apogeo de la crisis del euro, con el aumento de los rendimientos de los bonos del gobierno en varios países del sur de Europa y el incumplimiento de los incumplimientos, el Banco Central Europeo y los miembros más saludables del club de divisas evitaron el desastre al ofrecer rescates. Pero esto vino con condiciones, especialmente una disciplina fiscal estrictamente estricta, destinada a volver a poner las finanzas del gobierno en una base sostenible. Algunos economistas argumentaron que los dolorosos recortes presupuestarios eran una necesidad desafortunada. Otros dijeron que los recortes podrían resultar contraproducentes, al reducir el crecimiento y, por lo tanto, los ingresos del gobierno, dejando a los países afectados aún más pobres y más endeudados.
Edición: Irving Iván Márin Pascual.
https://www.economist.com/economics-brief/2016/08/11/where-does-the-buck-stop