Pero el costo —y la duración— de una nueva tregua sigue sin estar claro

Las Americas
9 de junio de 2019El | TIJUANA
LLÁMALO una victoria. En comparación con los aranceles paralizantes en todas las exportaciones a los Estados Unidos que el presidente Donald Trump había amenazado con imponer, comenzando con un 5% el 10 de junio y aumentando al 25%, casi cualquier acuerdo se vería bien para México. La noticia de un acuerdo alcanzado por Marcelo Ebrard, ministro de Relaciones Exteriores de México, para suspender los aranceles indefinidamente causó alivio y celebración en todo el país, incluso antes de que su contenido se aclarara. «Ebrard desactiva a Trump», gritó la portada de El Heraldo , un periódico, la mañana después del acuerdo el 7 de junio. «México gana», corrió otro.
A saga that had threatened to hobble the still-young presidency of Andrés Manuel López Obrador became instead a crisis averted. Mexico’s president announced that a rally he had planned in central Tijuana in “defence of national dignity” would now become a celebration of Mexico’s success at the negotiating table. On June 8th governors, bishops and unionists joined the president on the stage at a traffic intersection as locals climbed atop bus stops and taco stands to glimpse the festivities. “To President Donald Trump I raise not a closed fist, but an open and honest hand,” said Mr López Obrador.
Publicado por Karol Shai Torres Díaz